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¿Es VOX ultraderecha?

¿Es VOX ultraderecha?

En ocasión anterior me referí al lenguaje político [hiperenlace*] diseccionando entre lo extremo y lo ultra. A ese artículo me remito. Pero voy a profundizar más debido a la demanda generada por esa novedad que es la irrupción de VOX en la escena política, porque se ha generado un debate sobre esta cuestión. Al efecto, analizo un mensaje de Whats app que se ha colado en una lista por uno de sus seguidores.

Se parte del referente más cercano, a saber, el Frente Nacional en Francia donde la mandamás conocida es Le Pen. Esta formación asume y reconoce sin complejos su programa, y todo el mundo la tiene como patrón de muestra en cuanto a definir la ultra derecha.

Así las cosas, examinemos el programa del Frente Nacional:

– Abandono del euro como moneda, y regreso a la moneda nacional.
– Salida de la OTAN.
– Subida de impuestos.
– Derogar la Constitución y abrir un proceso constituyente.
– Oposición y salida del FMI, Banco Mundial y la OMC.
– Control de los medios de comunicación.
– Establecer la jornada laboral de 35 horas.
– Incremento del gasto público.
– Justificación de la violencia callejera.
– Antisemitismo.
– Nacionalización de sectores industriales estratégicos.
– No llevar candidatos de otras razas en las listas electorales y exhibir simbología y estética de la formación.

Vuelvo a remarcar que en todo caso no se trata de un examen exhaustivo del Frente Nacional (francés), sino del contenido de ese mensaje de Whats app que, además, establece comparación no sólo entre el FN con VOX, sino también con Podemos, y en los que en todo lo anterior igualmente forma parte del programa de Podemos.

Pero es que hay algo que se olvida: VOX no tiene programa. Jamás ha tenido un congreso en el que se haya fijado la postura de ese partido ante temas tales como la OTAN, pongamos por ejemplo. El único instrumento de comunicación interna que tuvo, llamado “Habla” fue cerrado sin previo aviso, quizás por la discrepancia cada vez mayor entre las bases y la camarilla que se había hecho con los resortes del poder. No hay un comité de sabios que haya elaborado un programa a VOX, sino que son las posturas de esa camarilla anotadas apresuradamente en una servilleta de papel en una reunión informal de cafetería.

¿Por qué Abascal viajó a París a entrevistarse con el número dos del Frente Nacional? ¿Qué tienen en común? ¿Por qué en su página web VOX hizo notoria publicidad de ello?

Y partiendo de ese mensaje de Whats app que está siendo difundido, aprovecho las cuestiones planteadas.

VOX está en contra de la Unión Europea por el mero hecho de su afinidad y relación con el Frente Nacional. Estar en contra de Europa es estar en contra del euro, en contra de una política exterior común; la OTAN impide una política exterior netamente europea y constituye un obstáculo al interferir en ésta [hiperenlace]. Si el Frente Nacional se muestra contrario a todo lo es por la cultura aislacionista propia de los grupos ultra. El posicionamiento hacia la Unión Europea es clave para distinguir una formación como progreso o por el contrario, como involución, y si se es ultra.

Otro punto interesante de debate y fundamental es el relativo a la constitución. En nuestro caso, nuestra Constitución española de 1979. Si se está por la reforma conforme los tiempos exigen actualización, se es reformista; si por el contrario, se está por su derogación abriendo un proceso constituyente con el consiguiente salto al vacío, y todo ello por incompatibilidad con lo construido desde la Revolución Francesa fruto de la Ilustración para inventar regímenes nuevos (fascismo, nacional-socialismo, comunismo, peronismo, chavismo, baasismo, etc.), estamos ante rupturistas no democráticos de carácter ultra.

La pertenencia a instituciones internacionales viene determinado por situaciones fácticas y, sobre todo, ha de ser congruente con la Unión Europea. En este sentido se observa un ensimismamiento aislacionista propio de la ultra izquierda localista. La vinculación al derecho internacional incluso puede tener reflejo en la Constitución, como lo hace en el artículo 10.2 a la Declaración Universal de los Derechos del Hombre (DUDH).

Como anécdota debo comentar que en cierta ocasión con un militante de VOX debatí porque él no consideraba vinculante ni vigente la DUDH; sirva de ejemplo del posicionamiento de este partido sobre el tema. Y no es una simple anécdota; con frecuencia, los afiliados a VOX destacan por sus posturas, actos y gestos: las ilustraciones de este artículo difundidas por su militancia son muestra de ello. No es la única anécdota; en otra ocasión, en un mensaje de Whats app contabilicé quince colisiones con la Constitución, el ordenamiento jurídico y Europa.

Otro tema clave en las formaciones ultra, en particular de las de derecha, es el racismo, expresado de forma subliminal mediante posicionamientos respecto a la inmigración, problema de nuestro tiempo. Lejos de abordar su causa y dar una respuesta consecuente, se atiza el prejuicio, el miedo y el egoísmo patrio intentando colocarle el muerto (el emigrante) al vecino de frontera, aunque sea otro país socio de la Unión Europea. Todas estas propuestas suelen obviar la DUDH y el derecho internacional como un obstáculo, cuando precisamente el aislamiento y la falta de postura común exterior generan fisuras que aprovecha la emigración ilegal. El rechazo hacia el Islam se puede convertir en un atentado contra la Libertad religiosa y servir ésta a la ultra izquierda en su erosión y hostigamiento al cristianismo.

Para no extenderme en demasía, extraigo el siguiente corolario: la Constitución y la Unión Europea son claves para distinguir lo que son posicionamientos antisistema de las formaciones políticas: los que pretender destruir y son contrarios, son antisistema, conocidos por ultras. Y los enemigos del sistema constituyen un peligro que no debemos ignorar y a los que debemos hacer frente.

Cervantino.

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