Hoy domingo 2.12.18 hay noticias importantes: la reunión de G20 en Buenos Aires o los disturbios en Paris por los chalecos amarillos con centenares de detenidos y escenas de violencia desbordada. Pero no, esas cosas mundanas no interesan; continuemos mirándonos el ombligo. Tenemos elecciones en Andalucía donde muy previsiblemente nada cambiará.
Andalucía es un territorio que se compone de ocho provincias; sólo Castilla-León le supera en extensión; pero no hay ninguna que lo haga en población que supone aproximadamente casi la quinta parte del total de España. Eso no es una taifa; es un virreinato.
Desde 1982 en la que estrenó autonomía, ininterrumpidamente ha gobernado la misma opción política creando un régimen clientelar corrupto caracterizado por el despilfarro y la ineficacia. Andalucía es la primera región de España y de Europa en desempleo y cuenta con las ciudades con el nivel de renta más bajo y otros parámetros como igualmente el primer puesto en fracaso escolar; por el contrario, tiene los impuestos más altos de España. Es la única región que dispone de un subsidio llamado PER que no lo tiene siquiera Canarias, región ultraperiférica con circunstancias más desfavorables.
Los casos más sangrantes de corrupción se han dado en esta taifa: el caso de los ERE cuya sentencia está pendiente con ramificaciones interminables. Y eso que en España se ha intentado tapar la corrupción, en particular la del PSOE.
El PSOE tiene en ella su principal reservorio de votos; se habla de voto cautivo a través de las subvenciones destacando por su efecto sutil el PER. Por vez primera se vislumbra la posibilidad de que esta formación no consiga formar gobierno; habrá que esperar los resultados para examinar las opciones.
Independientemente que se abra la opción a otro gobierno que no sea del PSOE, en Andalucía se condensan todos los aspectos negativos del “Estado de las Autonomías”. Es demasiado grande, lo que le resta eficacia en la gestión. Por otra parte, lejos de haber una oposición democrática, es decir, parlamentaria, se han utilizado las taifas para hacer oposición desde ellas al gobierno central cuando no lo ha sido con el mismo partido.
Finalmente, el conjunto de fuerzas de derechas supera al de izquierdas de suerte tal que habrá alternancia de poder. Es como si finalizara la Transición, por lo menos en esta región. La sorpresa la ha protagonizado el partido extremista VOX que irrumpe en escena.
Vistos los resultados, no cabe otra opción de gobierno que una coalición de PP con C’s y VOX. PSOE y Adelante, pléyade de Podemos, no suman suficientes escaños; tampoco la antinatural por no deseado por el electorado combinación PSOE con C’s. Cabría únicamente PP con C’s con la abstención o el apoyo tácito o externo de VOX, pero lo más lógico es la coalición PP+C’s+VOX. Empiezan las negociaciones; y se demorarán. La obstinación de obtener ventaja no proporcional a los resultados obtenidos puede dar al traste con el sueño de muchos. Repetir las elecciones sería muy perjudicial, tanto para los culpables de ello como para los que debido a la coyuntura se han visto favorecidos. Y mientras, el PSOE en la Junta tendrá tiempo para esconder la basura debajo de las alfombras, quemar papeles y colocar y blindar colocaciones de los afines al PSOE. Cuanto antes lleguen a un acuerdo de gobierno, mejor.
Dejo para una segunda parte el análisis socio-político de lo acontecido. Se sigue publicando en prensa aspectos todos ellos muy interesantes, y acontecen sucesos y se publican noticias constantemente, lo que requeriría una permanente actualización.
Cervantino.
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